sábado, 29 de diciembre de 2012

+ Eres lo mejor del mundo. - Tu también.

Me sentía como una imbécil, ahí esperando. Pensaba que ya me la habías jugado, que te estabas riendo de mi.
Un minuto más y me voy. Dije eso, mil veces. No podía irme sin verte, no. Ya no sabía que hacer, la chica de la tienda cada vez me debió de ver más nerviosa.
Y dije, vale. Esta vez en serio, un minuto más y me voy. Y entonces te ví caminar a lo lejos, como siempre me dí cuenta que eras tu por tus andares, que no los cambiaría por nada.
Cada vez te veía más cerca, se me iba a salir el corazón del pecho.
Hace tanto que no te veía, no sabía que hacer, como saludarte, si darte dos besos o un abrazo o qué.
Caminabamos el uno al lado del otro, sin darnos la mano. Era todo raro, pero a la vez me encantaba.
Pasó la tarde y nos encontramos juntos. Cerca, muy cerca. La nariz del uno tocaba la del otro. Mis ganas de besarte aumentaba sintiendo tu respiración a centímetros de mi, aumentaba con cada abrazo, con cada palabra que
Me susurrabas al odio, con cada mirada, con cada abrazo por detrás, con que me dijeses enana, con que me besaras en la nariz, en la mejilla, con que me mordieses la mejilla.
Aún estabamos juntos cuando los dos ya estábamos pensando en cuando volver a vernos.

Te quiero.

No hay comentarios:

Publicar un comentario