martes, 19 de febrero de 2013

Un amor infinito.

He decidido que si algún día tengo que sufrir quiero que sea por luchar, no por quedarme sentada viendo como las cosas pasan como estoy haciendo hoy.
Por esto digo adiós a las lágrimas por los recuerdos, a los dolores en el pecho por su ausencia, adiós a las noches en las que los llantos son los protagonistas por pensar que ya soy su pasado, adiós a vivir sin ser realista, hoy voy a pisar fuerte la realidad y voy a superar todo lo que se me ponga delante.
Voy a superar desde los cuentos de hadas hasta las pesadillas más pesadas.
Dicen que olvidar es difícil, también dicen que si es difícil vale la pena.
Pero yo no quiero olvidar algo que fue perfecto, por mucho que valga la pena prefiero superarlo y estar feliz de que él haya sido el que me sacaba las sonrisas con la mínima tontería, de que haya sido él el que iba de mi mano caminando por la calle y soy la más afortunada sabiendo que un día supe hacerle feliz como merecía.
Yo no puedo decirle todo esto ahora que sería el momento, por eso podéis darle las gracias por haber hecho unos ocho meses perfectos, por haberme dado la oportunidad de demostrarle mi amor, por haber hecho que las siestas sean la mejor hora del día, las gracias por haber formado parte de mi, por haberme dejado crecer un poquito a su lado y por haberme sacado las mejores risas de mi vida.
Dadle las gracias por cada uno de los besos y abrazos perfectos que tuvimos, por cada caricia y sonrisa, por cada te quiero entre beso y beso.
Que es cierto que ya no consigo reirme y disfrutar de la manera que lo hacía con el, pero si hace falta aprenderé de una forma nueva.
Digo adiós porque ya no sé en que sentido camino, tampoco sé con que fin lo hago. Solo sé que la vida se está riendo de mi, que cada paso que doy es un fallo y cada fallo es un paso para atrás. Y no avanzo.
Adiós porque pienso que sufro solo yo, porque creo que soy la única que se quedó en el intento de avanzar. Adiós porque no puedo cerrar los ojos sin que el aparezca en mi mente.
Adiós porque sigo pensando lo mismo que hace un mes.
Necesito verle, pensarle, y no setir nada.
Mis palabras después de miles de entradas diciendo que lo olvidaré y nunca lo consigo, después de eso mis palabras no me las creo ni yo. No me creo que yo sea capaz de hacer esto, no creo tener el valor suficiente ni fuerzas suficentes.
Mil veces he dicho que mi amor por el perdurará ahí siempre. Porque que se entere el mundo, que de aquí a la eternidad le amaré.

jueves, 14 de febrero de 2013

'Me moriré de ganas de decirte, que te voy a echar de menos'

Una vez más aquí estoy. Como siempre, al filo de la navaja. Ni a una parte, ni a la otra.
Quizá eso sea lo que más daño me esté haciendo, el pedir cosas que se contradicen.
Mi corazón y mi cabeza han tomado caminos totalmente contrarios. Estoy echa un lío, no soy consciente de  lo que quiero, ni de lo que hago. De lo que pido, ni de lo que recibo o me gustaría tener.
Pensé que con el tiempo esto iría a mejor, pero si esto es ir mejor que se pare ahora mismo el mundo.
Me siento más pequeñita día a día cuando debería sentir que según pasan los segundos, el mundo se me queda más pequeño.
Cada día que pasa lo veo todo más negro, los días parecen tener más horas, se alargan y no acaban nunca. Cuando intento dar un paso, se me tuerce el pie.
Dicen que un clavo saca otro clavo pero yo siempre he pensado que eso no son más que palabrerías, que es consuelo de tontos, un clavo hunde más otro clavo.
La gente me dice que a medida que pase el tiempo, este me ayudará a olvidar todo.. Pero también creo que hablan por hablar, los verdaderos amores no se olvidan.. Por ahora es eso lo que la vida me ha enseñado.
Otros dicen que yo valgo más que todo esto. Lo que ellos no saben es que si hoy soy así, es gracias a el.
Me siento como una tonta, casi han pasado ya dos meses desde que me guío sola por la vida y aún estoy igual de perdida que el primero.
No sé lo que va a pasar, ni lo que está pasando. No sé si estoy haciendo bien o si me estoy equivocando, pero ¿Qué mas da? Ya no tengo nada que perder.

lunes, 11 de febrero de 2013

'Me acostumbré a llorar, cada vez que te recuerdo me cuesta cada momento respirar'

Quiero por una vez desde que se fue tomar una decisión correcta, al menos una. Porque esto poco a poco me va matando, va apagando mis ganas de vivir, como las bombillas que se apagan para siempre un día, como la piedra de un mechero que se desgasta con el tiempo o como cuando se gasta el gas que aviva la llama. Porque no sé si habrá alguien que comprenda el dolor que siento cada mañana al despertar, al despertar con una sonrisa pensando que el sueño que he tenido era la realidad, al pensar que todo volvía a la normalidad. Y soy yo misma la que con un pellizco se quita la sonrisa, demostrandome que el sueño era el de hace cinco minutos, no el pellizco. Me siento estúpida por estar aquí una vez más y por saber que no será la última vez. Siempre me pintaron como la persona que lucha más, como aquella que traga y traga con tal de no quitar su sonrisa. Sin olvidarse de mis defectos, decían que mi memoria no daba a basto, y que no era buena en eso de comprender cosas, hablaban de mi como la más enana, y como la más infantil. Y tenían razón, no solía rendirme rápido, ni reprochar nada, no era ni soy la más alta, ni tampoco la más madura.. Lo que nunca nombraron fue que era capaz de hacerles sentir lo que llaman amor, que era capaz de  demostrarles que existía. Tan solo lo hizo él, me lo dijo y me lo repitió hasta que acabe creyendomelo. Hoy esas palabras retumban en mi cabeza. Hacen latir mi corazón mas rápido a la vez que me quema la sangre en vena.
Dicen que quien juega con fuego se quema, me dí cuenta que el amor era tan peligroso como el fuego cuando ví que él había marcado mi corazón para toda mi vida como si de una quemadura a flor de piel tratase. No dejo de repetirme antes de dormir 'mañana será otro día' con la esperanza de que al despertar tenga noticias sobre el.

martes, 5 de febrero de 2013

La esperanza es lo último que se pierde.

Que aún sigo pensando después de más de un mes, que esto tan solo es una de esas pesadillas que se hacen pesadas, sí. De esas en las que te cuesta andar, de las que te cuesta despertarte. No veo las horas de poder abrir los ojos y darme cuenta de que ya no está a mi lado y de que debería estar alegre porque lo nuestro fue perfecto. Pero no puedo estar alegre viendo que es un 'fue' en vez de un 'es'.
Que ya es hora de que empieze a valorar un poco esos 'Buenos días princesa' con los que me levanto aunque no vengan de él, que es hora de empezar a vivir eso que llaman vida, que ahora sin el me doy cuenta de que se me queda grande.
Que estamos a cuatro de febrero, dos mil trece con hora once y veinte, en la cama metida, sin conexión alguna dandole vueltas al tema como hago cada noche y repitiendome que no volveré a derrochar más lágrimas por esto otra vez, sin esperanzas de cumplir mis palabras.
Voy perdiendo la fé en mi noche tras noche, cuando me doy cuenta de que las sonrisas que llevo a diario no sirven de nada, porque no son de verdad. Tan solo sirven para pillar las noches con más fuerza, para pillar la almohada y dejarme la vida gritando para mis adentros, gritandole desde aquí que le echo de menos y esperando como una ilusa a que aparezca un mensaje suyo que diga: 'Ya se que esto no es lo que me has pedido, pero no puedo dormir una noche más sin saber si hay algún chico que intenta ocupar mi puesto, porque recuerda nena, es mi puesto. Buenas noches preciosa.' pero siempre me han dicho que de ilusiones se vive y que la vida nunca es lo que parece, que a veces lo que va mejor es lo que sale peor y otras lo que parece empezar mal es lo que mejor final tiene. Fijate, con catorce años y hablando de la vida. Cualquiera que me lea debe de pensar que como mucho se me ha muerto el tamagochi o algo. Catorce años y sufriendo por amor, será porque no me queda por vivir.
Vivo esperando un mensaje, una señal de el, algo para saber que no hago el imbécil estando estancada  aquí.